Reforma de una vivienda en el centro de Dénia concebida como refugio luminoso y sereno, donde el interiorismo cobra protagonismo. La cerámica, la madera y la luz natural estructuran una atmósfera cálida y atemporal. Los objetos personales definen un hogar vivido y expresivo. Un espacio pensado para disfrutar, contemplar y habitar con identidad propia.
Una reforma que convierte la vivienda en un refugio contemporáneo donde el gusto personal, los materiales nobles y la luz mediterránea conviven en equilibrio.
La vivienda se sitúa en el centro de Dénia, en una planta alta que dialoga con el horizonte mediterráneo y la vida urbana. La intervención busca aprovechar esta posición para abrir el espacio hacia la luz, el paisaje lejano y la calma doméstica, estableciendo un refugio elevado en plena ciudad.
Los clientes, apasionados por la decoración y el diseño interior, buscaban una vivienda que no fuera un simple contenedor, sino un soporte activo para su modo de habitar. El proyecto responde con una distribución clara y generosa, donde las estancias se conectan visual y espacialmente, permitiendo una lectura continua del espacio. Las piezas de mobiliario —entre las que destacan sillas y aparadores de inspiración midcentury, lámparas de vidrio soplado y estanterías de madera hechas a medida— no son accesorios, sino protagonistas de la escena doméstica. Cada elemento ha sido elegido con atención, conformando un entorno donde lo cotidiano se transforma en experiencia estética.
Los materiales son protagonistas silenciosos: pavimentos cerámicos manuales y madera natural construyen una base sobria y cálida sobre la que descansan los objetos. La honestidad material y la textura de los acabados refuerzan una estética atemporal, donde lo artesanal convive con lo cuidadosamente elegido.
