En una urbanización única, rodeada por viviendas se plantea una pieza que se cierra hacia el exterior mediante un muro permeable de ladrillo para abrirse hacia el interior de la parcela. La vivienda se ordena a través de una serie de patios diferentes que funcionan como elementos de transición entre las diferentes zonas y los lucernarios que crean diferentes luces en función de los usos.
Un recorrido fluido a través de los patios de cada una de las zonas principales de la vivienda, cualifican cada una de las zonas principales.
01_Paisaje
Se crea un recorrido fluido a través de los patios que a su vez cualifican cada una de las zonas principales de la vivienda, y funcionan como elementos de transición dotando a cada estancia de una atmósfera diferente.Estos paisajes se intensifican con los cambios de luz de los diferentes lucernarios.
02_Objeto
La vivienda está formada por un pliegue de hormigón de una planta. En el plano de fachada creamos una piel variable de ladrillo manual que se va modificando en función de las necesidades de cada zona. Una piel que se tensa hasta desaparecer, introduciéndose dentro de la vivienda que se perfora, como una piel activa y viva. A su vez se crean unos lucernarios que nos permiten introducir diferentes tipos de iluminación en función de las necesidades de cada uso.
03_Piel
Esta piel de ladrillo, con un carácter muy natural, con una textura muy especial y permeable a las inclemencias del tiempo, aporta privacidad a determinadas estancias y las dota de una luz pixelizada, además de formar los lucernarios que permiten las entradas de luz. El ladrillo actúa también como una segunda piel que reconforta y que le da a la vivienda una atmósfera más doméstica, más de hogar, frente a la robustez y dureza de la envolvente principal de hormigón.
Un recorrido fluido a través de los patios de cada una de las zonas principales de la vivienda, cualifican cada una de las zonas principales.