Esta vivienda se construyó en una parcela que gozaba de unas vistas espectaculares pero que estaba muy expuesta a las casas colindantes. Los propietarios nos pidieron mantener la privacidad de las zonas comunes de cara al exterior. Con ese objetivo planteamos un diseño en «L» que se abre al mar y a la ladera de la montaña, pero se cierra a los ojos de los vecinos.
La arquitectura se abre al mar y a la montaña, pero se repliega frente a las miradas vecinas.
01_Paisaje
El aspecto exterior y más público de la casa es sobrio y hermético, con la idea de que las miradas curiosas reboten contra los muros. Sin embargo, una vez dentro los espacios fluyen y acogen, las vistas son despejadas y los paisajes brotan, aquí y allá, con la disposición de patios ingleses.
02_Objeto
La vivienda consta de tres plantas distribuidas en las dos alas que se conforman por su estructura en «L». En la planta inferior se colocan varios patios ingleses que aportan ligereza y luminosidad a la vivienda, pero mantienen cerrados los espacios de uso personal.
03_Piel
Se crea una fachada posterior cerrada para mantener la privacidad. Este hermetismo se rompe con la disposición de una serie de patios ingleses, que actúan como pequeños oasis de luz. Por otro lado, la fachada frontal con la introducción de elementos móviles—cristaleras plegables—se abre y cierra al paisaje potenciando el uso de los espacios con vistas al mar.