Esta rehabilitación posee un carácter singular, tan especial como quienes la habitan. La vivienda se convierte en reflejo fiel de la personalidad de sus propietarios, cuya visión transformó la manera de entender la arquitectura en este proyecto. Partiendo de un espacio cerrado y de compleja distribución, las excepcionales vistas al Mediterráneo inspiraron la apertura de vanos que actúan como marcos, encuadrando el paisaje como si de una colección de escenas únicas se tratara.
Una vivienda originalmente cerrada al entorno, que dio paso a la apertura de vanos concebidos como marcos, encuadrando fragmentos del paisaje y transformándolos en escenas para contemplar
La presencia del mar frente a la vivienda definió desde el inicio su planteamiento. El espacio fluye de forma continua, envuelto por aperturas que enmarcan el paisaje como si fueran instantáneas: fragmentos del entorno convertidos en escenas cuidadosamente compuestas.
Se concibió un espacio continuo y dinámico, sin fronteras entre las zonas de día y de noche, y sin una sola puerta que interrumpa la conexión visual. Esta sensación de fluidez se articula en torno a un núcleo central de almacenamiento, en torno al cual gravitan el resto de los usos.
Se emplearon materiales naturales y tonos neutros para dar forma a un entorno sereno, pensado para evocar la calma que deseaban los propietarios y permitir que el paisaje se convirtiera en el verdadero protagonista.
